
Una parte fundamental de tu coche es el sistema de frenos, que permite que controles tu vehículo en el día a día y que puedas tener una conducción fluida y segura. Este sistema necesita un buen mantenimiento, porque una avería en alguna de sus partes es sinónimo de peligro en la carretera. En Iberauto te contamos cómo puedes llevar a cabo un cuidado eficaz.
Qué es el sistema de frenos
El sistema de frenos de un coche es uno de los mecanismos más importantes, porque es el encargado de parar el coche cuando el conductor quiere. Siempre tiene que funcionar de la forma adecuada, segura y eficiente, generando la fricción adecuada sobre las ruedas. Este sistema transforma energía mecánica en calor, con la presión del pedal del freno sobre las llantas delanteras.

El freno de tambor está compuesto por un cilindro que gira con la rueda que le corresponde. Cuando se acciona el pedal, el tambor ejerce presión y la llanta desacelera. Por su parte, los frenos de disco son los más comunes por su alta eficacia, y es el líquido de frenos el que ejerce presión sobre los pistones. El material del que está hecho el disco, generalmente acero y grafito, es el que aporta durabilidad y una gran eficiencia.
Dentro de los discos de freno hay una gran variedad donde elegir. Los más populares son los discos sólidos, los discos ventilados, los discos perforados, los discos mixtos y los discos rayados
Partes del sistema de frenos
El sistema de frenos se compone del pedal, que es la primera parte de todo el sistema: sobre él se ejerce presión y se mueve el pistón. Otro de los elementos es el líquido de frenos, que transmite la fuerza del pedal hacia los cilindros de las llantas. La bomba de frenos es el que convierte la energía en presión hidráulica, una fuerza multiplicada por el servofreno. Por su parte, el cilindro auxiliar es el que recibe la fuerza del líquido de frenos, presionando las pastillas o las bandas de los discos.
Dependiendo del coche y del sistema que monte, también es frecuente encontrar piezas como la mordaza, la válvula, el vaso, el racor o el cáliper. Todos ellos con importantes funciones para que todo el sistema esté perfecto.
Cómo cuidar el sistema de frenos
Si deseas que tu sistema de frenos esté perfecto, te recomendamos que dispongas de unas llantas adecuadas, que evites los frenazos bruscos, que revises el líquido de frenos de forma habitual, así como el disco. Es aconsejable que revises a fondo el sistema cada 20.000 km y que siempre mantengas una velocidad prudente para que el desgaste no se acelere.
Mantén especial cuidado con cualquier ruido atípico, con vibraciones o con temblores al pulsar el pedal. Recuerda que el sistema de frenos siempre debe de ser revisado por especialistas del mundo del motor, que se asegurarán de que esté todo perfecto.