
¿Qué es el mantenimiento preventivo?
El mantenimiento preventivo se define como la revisión periódica de los aparatos que componen nuestro coche, tanto piezas mecánicas, como eléctricas o informáticas, evitando que las averías sean altamente costosas o perjudiciales para nuestra seguridad al volante. Un buen mantenimiento preventivo se adelanta a las averías, reduciéndose así el gasto en reparaciones.
Tipos de mantenimiento
Aunque todos los mantenimientos preventivos van en la misma dirección, hay diferencia en cuando a la planificación. Podemos encontrar mantenimiento programado, mantenimiento predictivo y mantenimiento de oportunidad.
- Mantenimiento programado: La guía para llevar a cabo este mantenimiento es por tiempo, kilómetros u horas de funcionamiento.
- Mantenimiento predictivo: Este tipo de mantenimiento se lleva a cabo al final del período estimado máximo de utilización.
- Mantenimiento de oportunidad: Cuando no se está utilizando el vehículo, se aprovecha para llevar a cabo el mantenimiento.
El mantenimiento preventivo también diferencia entre un mantenimiento por tipo de servicio y equipo: mantenimiento activo y mantenimiento pasivo. Este último se utiliza para aplicar una capa de seguridad al coche y que siempre esté preparado para soportar cualquier agresión externa en términos meteorológicos o accidentales. Por su parte, el mantenimiento activo se basa en la calidad y el tipo de piezas, supervisando su desgaste debido al uso.

Cómo hacer mantenimiento preventivo
Entre las ventajas del mantenimiento preventivo encontramos mayor seguridad en la conducción, ciclos de vida más largos en los equipos y una reducción del tiempo de inactividad. Siempre y cuando se tenga en cuenta una inversión extra y también un trabajo extra.
El mantenimiento preventivo no eliminará todas las averías de tu coche, pero las reducirá de forma drástica: las que aparecen serán mucho más leves que sin una revisión previa. Para llevar a cabo un buen planteamiento preventivo debes de fijar unos objetivos finales claros y establecer la mano de obra,
Ajusta la maquinaria y los equipos, limpia todas las instalaciones de tu vehículo, analiza las posibles averías, calibrar las máquinas, cambia la pieza y contempla la reparación de los equipos. Algunas zonas de tu coche especialmente sensibles al mantenimiento preventivo son el motor, la correa, la batería, lubricación de las piezas, cambio de filtro y aceite, revisión de neumáticos, revisión de luces, revisión de frenos, revisión de amortiguadores y revisión de los líquidos. Estas tareas son las más importantes.
Recuerda que además es necesario revisar piezas como el sensor de oxígeno, el líquido de la dirección hidráulica y el anticongelante. Si llevas a cabo un buen plan de mantenimiento, comprobarás por ti mismo cómo se reducen las averías y cómo puedes conducir más seguro.